Algo de lo que he aprendido gracias a mi práctica de yoga es a explorar, descubrir y sentir lo que sucede cuando salgo de mi zona de confort. Yo soy una persona apegada a la rutina, enfocada y preocupada por empezar y terminar lo que me propongo. Esto no es malo, al contrario, me ayuda a organizar y administrar mi trabajo, mi casa, mis deberes con mi hija, etc. Pero por otro lado, cuando me armo de valor para salir de mi zona de confort, de mi rutina y exploro otras posibilidades, otras experiencias, lo que descubro es mucho mas grande de lo que hubiera imaginado. Mi vida se enriquece y lo mas importante es que me doy cuenta que no pasa nada si rompo el orden. Lo que obtengo no lo hubiera obtenido de ninguna otra forma.
Una buena manera de empezar a explorar fuera de la zona de confort es con las actividades de la vida diaria. Cambiar la ruta que normalmente utilizas de tu casa al trabajo, vestirte con ropa de colores que normalmente no vistes, hablar mas, hablar menos, etc. Date cuenta que efectos tiene este ejercicio en tu estado de ánimo. Si eres practicante de yoga puedes empezar a explorar dentro de tu tapete durante tu práctica. Por ejemplo, empezar con el lado que normalmente no empiezas, relajar el cuello mientras sostienes una postura, cruzar tus piernas del lado que normalmente no lo harías, lo mismo cuando entrelazas tus manos. Estos ejercicios simples ayudan a romper patrones y a vencer miedos para empezar a explorar fuera de la zona de confort. Si no eres practicante de yoga puedes aplicar esta misma idea al deporte que practicas. Una vez que empezamos a romper patrones en nuestras actividades diarias nos sentiremos con mas valentía y coraje para salir de nuestra zona de confort, tomar riesgos y hacer los cambios necesarios en nuestra vida para vivir de forma armoniosa de acuerdo a nuestro propósito de vida.
La última experiencia que me sacó totalmente de mi zona de confort fue asistir a la marcha pacífica del 20 de noviembre por Ayotzinapa en Monterrey. Cuando me llegó la invitación por facebook y vi que muchas ciudades del país participarían en esta iniciativa así como varios países alrededor del mundo me di cuenta que no podía seguir sentada frente a mi computadora leyendo noticias, viendo videos y lamentandome por la situación social que se vive en nuestro país. (Esta es justamente mi zona de confort.) Sabía que quedarme de brazos cruzados no cambiaría nada. Fue entonces que decidí tomar acción, salir de mi tapete de yoga, de mi zona de confort. No fue fácil romper con mi rutina de trabajo ya que sabía que ir al centro de la ciudad implicaría tiempo perdido en el tráfico y lo mas importante es que tendría que regresar para impartir mi clase de la noche. Mi mente se llenó de vocecitas que trataban de sabotear mi grandísima idea de ir a la marcha. “No vas a poder regresar a tiempo. Hace mucho frío y no sabes cuanto tiempo estarás caminando por la calle. ¿Y si no es seguro? ¿Y si te pasa algo?¨ El miedo empezó a invadir mi mente, mis pensamientos, mi cuerpo; pero mi corazón cargado de valentía sabía que estar presente y ser parte de esta Acción Global por Ayotzinapa era lo que tenía que hacer.
Nos reunimos en la Plaza de la Purísima a las cinco de la tarde el 20 de noviembre en Monterrey. Escuchamos a algunos familiares de estudiantes desaparecidos y finalmente comenzamos a hacer el recorrido hacia la calle Zaragoza. Estaba rodeada principalmente de estudiantes quienes repartían pancartas con fotografías impresas de los 43 normalistas desaparecidos. De pronto comenzaron a gritar 1, 2, 3, 4, 5, 6….43 justicia!! Mi cuerpo se cargó de toda esa energía de las personas unidas sin importar estrato social ni edad. Había personas mayores, algunos niños, mujeres, hombres, estudiantes, familiares de desaparecidos e integrantes de asociaciones civiles. Viví la unidad del pueblo mexicano, caminé de cerca con personas que nunca había visto, pero que sin embargo estábamos ahí por la misma razón. Expresando nuestro apoyo a todos los familiares de los desaparecidos. Porque Ayotzinapa somos todos, porque todos somos México y porque no estás solo. Todos somos uno.
Ahora que estoy frente a mi computadora compartiendo esta experiencia con ustedes, leyendo mas sobre la situación del país, viendo como en diferentes países nos muestran su apoyo, no me queda mas que la esperanza y la confianza de que cuando el pueblo se une y se conecta con la misma intención los cambios reales suceden. Te invito a salir de tu zona de confort, a explorar otras posibilidades, a vencer tus miedos, a no quedarte de brazos cruzados.
Gracias por leerme:) Comentarios bienvenidos!
Gracias también a mi amiga Gaby Rodríguez quien impartió mi clase y sin su ayuda esta historia no la podría contar.
P.D. Aquí te comparto un ejercicio que te ayudará a salir de tu zona de confort y tomar riesgos. ¿Que riesgos has estado evitando? Considera tomar estos riesgos ahora.Imagina que tomas estos riesgos. ¿Como se siente tu cuerpo, tu centro (plexo solar)? ¿Que miedos emergen cuando imaginas que tomas estos riesgos?
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Un abrazo, Juliana
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