Algo que me sigo recordando y trato de expresarlo a mis alumnos es que la práctica de yoga es siempre cambiante. Constantemente hay algo nuevo que aprender, experimentar y sentir. Esto es lo maravilloso de la práctica. En ocasiones nos resistimos al cambio por miedo a experimentar lo desconocido y caemos en la repetición, en los patrones y en la rutina. Es aquí cuando el practicante debe ir hacia adentro, reconocer los patrones, depurarlos y de manera consciente progresar en su práctica. Una recomendación para romper con los viejos hábitos es experimentar con variantes en las posturas básicas o en aquellas que comenzamos a dominar con facilidad. Esto nos ayudará a sentir la postura desde otros puntos de vista cultivando la consciencia corporal y de esta manera identificando la alineación que mejor se adapta a nuestro cuerpo. Dicha consciencia corporal nos llevará a desarrollarnos en la práctica como verdaderos Guerreros, listos para enfrentarnos a toda batalla que se interponga en nuestro camino.
En la mitología hindú se relata que Daksha, un poderoso sacerdote, realizó un ritual de sacrificio al que no invitó a su hija Sati ni a su esposo Shiva. Sati, al darse cuenta, decidió ir a solas. Tuvo una discusión con su padre y al no poder aguantar sus insultos le dijo: “como tu me diste este cuerpo ya no quiero tener nada que ver con el”. Caminó hacia el fuego hasta quedar hecha cenizas. Cuando Shiva se entera de la tragedia se sintió deshecho, se arranca un cabello que golpea con todas sus fuerzas contra la tierra y de el se crea el Guerrero Virabhadra. (vira = héroe, bhadra = amigo). Shiva ordena a Virabhadra destruir a Daksha y a todos sus invitados.
En la primera representación de Virabhadra (Virabhadrasana 1 ó Postura del Primer Guerrero) se muestra su llegada emergiendo de la tierra con una espada en cada mano.
En la segunda representación (Virabhadrasana 2 ó Postura del Segundo Guerrero) Virabhadra observa a Daksha.
En la tercera representación (Virabhadrasana 3 ó Postura del Tercer Guerrero) Virabhadra decapita a Daksha con su espada.
¿Y cual es es la verdadera esencia de un Guerrero en la actualidad?
Un Guerrero actúa desde el corazón, con coraje. No se da por vencido, es valiente y fuerte. No tiene miedo, confía en sí mismo y es confiable. Actúa con integridad y con consciencia.
¿Como podemos llevar la esencia del Guerrero hacia nuestra práctica de yoga y hacia nuestra vida?
Mi recomendación es comenzar a cultivar la consciencia corporal y de respiración. Esto es sentir y reconocer cada parte de nuestro cuerpo. Identificar en que posturas estamos bien y en cuales no. Observar que es lo que nos lleva a sentirnos de esa manera. ¿Que cambios podemos hacer para estar mejor en aquellas posturas que nos dan miedo, que nos duelen o que simplemente creamos resistencia? ¿En que posturas nuestra respiración se agita o se paraliza? Este es un trabajo realmente profundo, no es fácil y toma tiempo. En mi opinión, es el camino hacia la práctica del Guerrero.
Como lo mencioné anteriormente, una buena manera de empezar es practicando variantes en posturas básicas para sentir a nuestro cuerpo y conectar con nuestra respiración desde otros ángulos. Este ejercicio nos ayudará a entender que es lo que nos hace bien y que no en nuestra práctica. Trabajaremos con Virabhadrasana 3, Postura del Tercer Guerrero.
Comienza de frente a la pared formando un ángulo de 90 grados. Estira tus brazos en horizontal con tus manos presionando la pared separadas a lo ancho de tus hombros. Alinea las caderas por encima de los tobillos. Separa tus pies a lo ancho de caderas sintiendo el soporte y la conexión de tus pies con la tierra. Sigue presionando tus manos hacia la pared dirigiendo el coxis hacia atrás. Siente como se alarga la columna, suaviza las costillas hacia adentro y mantén firme el abdomen. Los brazos siguen fuertes.
Lleva el peso de tu cuerpo hacia tu pierna derecha y poco a poco comienza a elevar la pierna izquierda hacia atrás hasta llegar a una línea horizontal. El pie derecho presiona hacia abajo al mismo tiempo que el muslo hace fuerza hacia arriba. En caso de haber hiperextensión de rodilla dobla un poco la pierna derecha. Trata de mantener la rotación neutral con tus caderas girando el muslo izquierdo hacia adentro y hacia arriba. El pie izquierdo se mantiene en flexión. Sigue alargando la columna y trabajando la fuerza de tu abdomen y brazos. Trata de sostener la postura 5 respiraciones. Cuando estés listo para bajar inhala profundo y con la exhalación regresa la pierna izquierda hasta apoyar el pie sobre la tierra. Siente de nuevo el soporte con los dos pies y repite lo mismo del otro lado.
Otra variante utilizando la pared es comenzar de espaldas a la pared separado mas o menos lo que mide tu pierna. Lleva la pierna izquierda hacia atrás hasta presionar con el pie izquierdo la pared. Utiliza dos bloques al frente para apoyar tus manos. La alineación es la misma que se describe en la variante anterior. Experimenta alargando hacia adelante el brazo contrario a la pierna de apoyo. Puedes también intentar alargar los dos brazos. Practica la postura de los dos lados.
Recuerda que el uso de “props” (bloques, cintas, cobijas, pared) nos da soporte que en ocasiones requerimos para sentir la postura y escuchar a nuestro cuerpo. De esta manera podemos darnos cuenta que es lo que mejor nos funciona.
Ahora experimenta practicar la postura sin pared. Enfócate en controlar el balance, en proteger la rodilla de apoyo (no hiperextender) y en mantener las caderas en rotación neutral. Para empezar utiliza dos bloques de soporte para cada mano. Comienza en Virabhadrasana 1 (Primer Guerrero) con el pie derecho al frente. Recuerda lo que es ser un verdadero Guerrero. Haz a un lado cualquier obstáculo, mantén la fuerza y la valentía. Confía. Siente y reconoce cada parte de tu cuerpo. Conecta con tu respiración. Inhala profundo y con tu exhalación lleva el peso de tu cuerpo hacia tu pierna derecha despegando la pierna izquierda hacia atrás. Apoya tus manos sobre los bloques. Sigue conectado con tu respiración sintiendo el balance en tu cuerpo. Alinea la postura como lo hiciste cuando trabajaste en la pared. Protege tu rodilla de apoyo y cuadra las caderas. Visualiza la postura sintiendo la esencia del Guerrero en cada parte de tu cuerpo. Puedes experimentar estirando los brazos al frente, poco a poco, a tu propio ritmo. Sostén la postura 5 respiraciones y regresa a Virabhadrasana 1. Da un paso al frente. Haz una pequeña pausa en Tadasana (montaña) y practica el otro lado.
Al terminar descansa un momento y escribe en tu diario lo que descubriste de ti mismo al hacer este ejercicio. ¿En que variante tu cuerpo/respiración se sintió mejor? ¿Porque? ¿En que variante tu cuerpo/respiración puso mas resistencia? ¿Porque? ¿Que cambios de alineación necesitas hacer para sentirte mejor en la postura? ¿Como puedes llevar lo que aprendiste practicando Virabhadrasana 3 hacia tu vida diaria?
Como lo dije anteriormente, la práctica de yoga es siempre cambiante. En ocasiones necesitamos regresar a la pared o utilizar algún “prop”. Esto no quiere decir que nuestra práctica esté retrocediendo, sino todo lo contrario. Aveces es necesario ir un poco hacia atrás para aprender algo nuevo que nos ayudará a progresar y evolucionar en la práctica. El verdadero Guerrero sabe reconocer en que momento es necesario retroceder para eventualmente avanzar y ganar la batalla.
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Nos vemos la próxima semana :)
Con cariño,
Juliana
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