Cada día y en cada práctica nuestro cuerpo se encuentra diferente. Es cierto que poco a poco vamos avanzando en nuestra práctica, pero si un día logramos una postura no quiere decir que en la siguiente práctica nos vuelve a salir igual. Aquí es en donde reconocemos que no somos perfectos y que en la práctica de yoga buscamos fluir con lo que se nos presenta en el momento dejando de controlar cada situación. Reconozcamos que somos perfectamente imperfectos y honremos a nuestro cuerpo agradeciéndole cada movimiento, cada respiración y cada práctica. Dejemos a un lado la competencia, las expectativas, los juicios y auto-juicios. Confiemos en nuestra fuerza y disfrutemos del viaje, del camino y de la experiencia. Con esta actitud el resultado ya es lo de menos.
Seguiremos practicando parsva bakasana (cuervo en torsión) e integraremos la postura de la libélula. Trabajaremos la fuerza de brazos de chaturanga con una torsión de la espalda que nos llevará hacia el balance en brazos. Buscaremos encontrar esa fragilidad y ligereza de la libélula sin perder la fuerza y la firmeza que nos mantendrá en balance. La idea es intentar, jugar, pasarla bien y disfrutar :) Comienza de pie con la pierna derecha como pierna de apoyo. Flexiona un poco la pierna derecha y cruza la pierna izquierda sobre la derecha con el talón y el tobillo por fuera de la pierna. Siente el balance en tu cuerpo juntando las palmas hacia el corazón. Sigue flexionando y doblando un poco mas hasta llevar las yemas de los dedos hacia la tierra. Reconoce ese soporte manteniendo tu respiración suave y profunda. Continúa avanzando girando el torso hacia la derecha apoyando las palmas sobre la tierra. Las manos se separan a lo ancho de los hombros o un poco mas con los dedos abiertos sintiendo la estabilidad. El pie izquierdo se apoya sobre la parte alta del brazo izquierdo. Lleva el peso de tu cuerpo hacia las manos y activa el abdomen. Inhala jalando el ombligo hacia arriba y despegando el pie derecho. Con la exhalación consolida la postura sosteniendo la fuerza con tus brazos. Una vez que te sientes firme y en balance estira la pierna derecha hacia tu costado izquierdo llevando la mirada hacia tu pie derecho. La respiración profunda te ayudará a sostener la postura en calma. Al mantener la fuerza en el abdomen y en los brazos el resto del cuerpo se vuelve mas ligero y ahí es en donde te sentirás como si flotaras en la postura.
Recuerda que cada paso para llegar a la postura es importante. Honra a tu cuerpo y siente hasta donde puedes llegar y quédate ahí. Otro día llegaras mas lejos, o alomejor no, pero no importa. Lo que importa es estar presente en cada momento, practicar y disfrutar :)
Te invito a compartir tu experiencia. ¿Cómo ha sido para ti practicar la libélula? ¿Cómo se siente tu cuerpo, tu respiración? A mi me tomó tiempo animarme a practicar la libélula. Al ver la postura completa mi mente me decía: «esto es muy difícil, aún no estas lista para hacer esta postura«. Simplemente no lo intentaba. Cuando finalmente me animé busqué un video y siguiendo los pasos lo logré. Me di cuenta de lo poderosa que es la mente, yo sola me estaba bloqueando. En el momento en que dejé atrás las expectativas y decidí intentar fue cuando logré sentir la postura. Confiar en mi fuerza me ha ayudado mucho para avanzar en las posturas que son de mayor reto para mi, en especial balances de brazos y posturas invertidas. Me he dado cuenta también que practicar tomándome el tiempo necesario en cada paso y en cada movimiento me ayuda a finalmente llegar a la postura completa. Cuando me acelero y quiero llegar sin sentir el camino es cuando me caigo y pierdo el control. Creo que el honrar el viaje, el camino para llegar a donde queremos llegar es importante y al final cuando llegamos nos damos cuenta de todos los aprendizajes recorridos… y eso es lo mas importante.
Gracias por leerme:) Nos vemos muy pronto. Si esta información te fue útil, comparte!
Con cariño,
Jules